28 julio 2006

UN DIA CUALQUIERA

La relación seguía hacia adelante aunque yo me pasaba la mayor parte del día asustada pensando que nos pillarían. Apenas me atrevía a mirar a Angela y cuando lo hacía siempre la encontraba sonriendo, me mirase o no; cuando levantaba la mirada se le veía un destello que sólo yo le conocía. Así estuvimos tres años. Ni una sola noche dejó de venir a mi habitación, aunque muchas de ellas se limitaba a abrazarme. Le gustaba colocarse a mi espalda; decía que así éramos una en vez de dos, y a mí me gustaba escucharla susurrar. Olía al jabón que nos daban para lavarnos que debía llevar algún insecticida, pero no me importaba. Era el único contacto real dentro de ese mundo loco y absurdo lleno de rezos que nos rodeaba.

Una noche tardó en llegar y cuando por fín lo hizo estaba de malhumor. No había podido salir de su habitación porque una de las madres había estado paseando todo el tiempo por el pasillo. Intenté calmarla diciéndole que ya estábamos juntas, y en ese intento la besé. No sé qué le pasó pero me asustó su reacción. Parecía llena de ira, de rabia contenida que le salía toda entera. Comenzó a besarme con furia y casi me rompe el camisón queriendo quitármelo. Tuve que ponerme sobre ella para poder dominarla y que se calmara. Estábamos a oscuras y no podía ver sus ojos por lo que en cuanto conseguí que se quedara quieta busqué sobre la mesita de noche la vela que siempre estaba allí y que rara vez había encendido. Entonces la miré. Estaba llorando. Quise volver a mi lado de la cama pero me abrazó mientras decía con apenas un hilo de voz "no te vayas".

Nunca hablamos de lo que le había pasado esa noche. Si alguna vez hice mención a ello siempre me besaba. Pero esa noche me hizo el amor como nunca lo había hecho. La magia, el deseo, la pasión, la dulzura, el encanto que existió en aquel habitáculo es irrepetible, y de hecho jamás volví a sentirme así. Cuando sonó la campana para ir a la capilla estábamos abrazadas, despiertas y mirándonos. Sólo el miedo a que nos pillaran, impidiéndonos seguir juntas, hizo que pudiéramos separarnos.

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