20 julio 2006

ENTREPAN

Había decidido marchar del blog porque hay más cosas que hacer que estar contando mis cosas al aire, cuando de pronto me ha venido a la mente hacer un "entrepan". Un entrepan es un bocadillo casi diminuto que entretiene hasta la hora de comer, cuando el cuerpo empieza a desfallecer ligeramente. Pues algo así es lo que ha hecho que volviera sobre mis pasos, porque hay un punto que desde hace ya mucho tiempo me viene molestando, no en demasía pero sí lo suficiente para incordiar.

No hace mucho tiempo que he estado frecuentando algunos foros, sobre todo y dada la relativa libertad que gozamos, de mujeres que al igual que yo se han enamorado o enamorarán de otras mujeres. Y hay un hecho que suele ser frecuente y que a mí personalmente me produce una gran tristeza: el odio, aparentemente visceral que se siente por el igual a tí. Es algo habitual ver en los foros de lesbianas luchas encarnizadas como si unas y otras fueran enemigas. También soy consciente que en esos lugares entra mucho intruso cuyo único afán es el de molestar, pero no comprendo por qué se cae en la trampa una y otra vez.

Personalmente y puesto que no conozco a nadie me da igual si se quieren matar, pero creo que ahuyentan a quien como yo simplemente entra a leer. Por eso quizás nació este blog. Por soledad, puesto que esperaba encontrar gente afín y no ha sido así.Otra cosa que suele prodigarse mucho también es el enfrentamiento entre gente joven y mujeres maduras. Que quede claro que no me considero madura puesto que esa edad la tengo sobrepasada con creces. No termino de comprender el por qué de ese racismo entre personas que sienten lo mismo. La juventud, como le leí a alguien el otro día, es algo que se pasa con el tiempo, como el acné, y tenía razón quien lo dijo, pero aún intentando comprender que en esa juventud todo es puro descubrimiento y que los deseos están un poco desbocados, el enemigo, si es que lo hay, no es una mujer cuya única diferencia sea la de tener la edad de tus padres. Y ya ni menciono si, como en mi caso, se tiene la edad de las abuelas: el desprecio y las muestras de asco suelen ser ostentosas y en la mayoría de las ocasiones muy crueles.

Las mujeres de mi edad también tenemos sentimientos e igualmente nos emocionamos al ver pasar a una mujer bonita. El que tengamos más años no es condicionante para haber perdido ni mermado el sentir saltar el corazón ante la belleza, no necesariamente física. Y podemos enamorarnos, claro que sí, aunque las posibilidades de ser correspondidas sean tan escasas que casi se considera milagro. Pero en ocasiones los milagros existen.

Sólo quería hacer un apunte sobre todo eso de lo que creo que hay mucho por hablar. No voy a dogmatizar nada porque ni creo en ello ni es mi estilo. Pienso que ni las cosas ni las mentalidades se cambian un ápice porque alguien lo diga y repita constantemente; cambian porque en un momento dado a ese alguien le cambia en algo la vida y entonces comprende.

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