26 julio 2006

ANGELA

Una noche en que estaba profundamente dormida desperté sobresaltada. Escuché la voz de Angela "soy yo", intenté volverme (la tenía a mi espalda) pero volví a escucharla "sólo quiero abrazarte". Me quedé completamente quieta dejando que se acomodara tras de mí.


He pensado mucho en si contar o no este tramo de mi vida y finalmente he decidido que sin él posiblemente nada de lo sucedido después tendría sentido. Cierto es que me da bastante pudor porque es algo que sólo quien fue mi compañera posterior escuchó nunca, pero creo que Angela esté donde esté merece que lo cuente. Que nadie espere ningún tipo de morbo porque no lo habrá.


La sentí moverse hasta que finalmente quedó quieta. Sus brazos me rodearon y noté su respiración en mi nuca. Estaba algo agitada supongo que por la tensión de llegar hasta mi habitación. Si nos pillaban de aquella forma no tenía ni idea de qué podía pasar pero realmente en aquellos momentos no me importaba demasiada. Desde hacía más de cuatro años nadie me abrazaba y casi había olvidado aquella sensación.


Finalmente me dormí y casi al instante la campana que ordenaba levantarse me despertó. Angela no estaba. Me quedé algo aturdida pensando que quizás había tenido un sueño. Fuimos a los rezos mientras yo intentaba mirarla pero iba justo detrás de mí en la hilera y no podía volver la cara. Hasta el desayuno no pude dirigirle una mirada. Supe que no había sido un sueño. Sus ojos e imagino que los míos también brillaban de una forma...


Esa noche y todas las que siguieron durante meses Angela vino a hurtadillas y me abrazó. Nunca consintió que me diera la vuelta, pero a mí me bastaba con saber que estaba ahí, con sentirla. No sabía que me estaba enamorando de ella.


Al cabo de unos meses y en una noche que no sé si había luna, estrellas o qué pude besarla. Me hizo sentir la mujer más deseada y amada del mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario